Ecos del Oasis: Arte, Activismo y Lucha por un Futuro Sostenible
Impacto en la juventud tunecina
Gabès, ciudad del sudeste de Túnez, fue en otro tiempo un próspero oasis donde la naturaleza y la tradición tejían una intrincada danza de sostenibilidad. Los agricultores cultivaban la tierra con sabiduría transmitida de generación en generación, los artesanos daban forma a las materias primas en obras de belleza y los pescadores vivían en armonía con el ritmo del mar. Pero esa armonía se interrumpió. En su lugar se alza ahora el imponente Grupo Químico Tunecino, un gigante industrial con altísimas chimeneas rojiblancas que se ciernen sobre la ciudad como centinelas silenciosos de una promesa rota.
Para la población de Gabès, el coste de la modernización ha sido devastador. El aire está espeso de contaminantes, el suelo envenenado y las aguas, antaño abundantes, llevan ahora las cicatrices de los residuos de fosfato. Un estudio de la Unión Europea de 2018 reveló que este único complejo industrial es responsable del 95% de la contaminación atmosférica de la ciudad. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha calificado a Gabes de «punto caliente de contaminación» del Mediterráneo. Las consecuencias están escritas en los rostros de sus residentes: enfermedades respiratorias, afecciones cutáneas y una preocupación siempre presente por los riesgos para la salud a largo plazo. Aunque la industria química ha proporcionado puestos de trabajo, también ha creado una frágil dependencia económica, despojando a la ciudad de su antigua autosuficiencia y desalentando la artesanía y la agricultura.
Sin embargo, en medio de este sombrío paisaje, persiste un destello de esperanza. Danseurs Citoyens Sud, un movimiento juvenil progresista, ha surgido como una fuerza de cambio. Fundado como asociación independiente, insufla vida a zonas marginadas a través del arte y la expresión cultural. De esta asociación nació No-Name EcoLab, un espacio donde se entrecruzan la creatividad y la sostenibilidad. Dirigido por Mohamed Amine Hamouda, jefe del Departamento de Artes Visuales, su misión es recuperar lo que se ha desechado, convertir los residuos del oasis en arte significativo y reavivar una conexión perdida entre las personas y su tierra.

Esta misión encontró un aliado en el programa Voces por una Acción Climática Justa (VCA ), y juntos imaginaron algo extraordinario: un Campamento de Entrenamiento para la Creación Sostenible. Diseñada para empoderar a los artistas emergentes, la iniciativa exploraría formas de transformar los residuos naturales del oasis en objetos funcionales y cotidianos. Del 18 al 24 de octubre, seis apasionados participantes se embarcaron en un viaje guiados por Hamouda y un equipo de dedicados mentores.

Su viaje no empezó en un aula, sino en el corazón mismo de Gabès. Se adentraron en el oasis casi abandonado, donde las altísimas palmeras susurraban historias de resiliencia. Deambularon por el museo del patrimonio local, escucharon a los artesanos recordar una época en la que la artesanía era un pilar de la economía, y pasearon por el mercado de artesanía, donde el menguante número de fabricantes tradicionales luchaba por mantener vivas sus habilidades. El aire, espeso con olor a palma y polvo, llevaba implícito un reto: ¿podrían encontrar la forma de revivir lo que se estaba perdiendo?
Con algo de inspiración en sus mentes, los participantes se pusieron manos a la obra. Durante la semana siguiente, diseñaron y fabricaron 18 lámparas decorativas, objetos que eran algo más que simples lámparas. Eran declaraciones de resistencia, tejidas con Tartaka (fibras de palma), Arjoun (ramas de palma) y Lif ; materiales antaño apreciados pero ahora desechados como residuos agrícolas. Cada pieza contaba una historia de creatividad y supervivencia, de una ciudad que lucha por recuperar su identidad.

El 10 de noviembre, sus esfuerzos culminaron en una exposición en el NO NAME Artistic Studio Lab de Gabès. El espacio bullía de energía a medida que iban llegando los principales interesados: artesanos, activistas medioambientales y líderes culturales, todos ellos deseosos de presenciar lo que estos jóvenes visionarios habían creado. El jurado, formado por el Sr. Talal Sahmim, Director del programa Túnez Creativo, la Sra. Achwak Bechraoui, su Coordinadora Regional, y la diseñadora Imen Charfi, se enfrentó a la difícil tarea de seleccionar las piezas más destacadas. Pero el verdadero éxito del evento fue más allá del concurso.

A medida que se desarrollaba la exposición, ocurrió algo extraordinario. Profesionales de la artesanía y artesanos dieron un paso al frente, ofreciendo tutoría, espacios de trabajo y recursos para ayudar a estos jóvenes creadores a perfeccionar sus productos. El director de Túnez Creativo llevó la iniciativa aún más lejos, facilitando su participación en la Exposición Nacional de Artesanía de Túnez y en una exposición internacional en Milán entre el 23 y el 26 de enero de 2025.
A través del EcoLab No Name, las obras de los participantes se expusieron en el espacio expositivo Green Circle by Raremood, presentando diseños innovadores que fusionan la artesanía tunecina con el arte contemporáneo.
Lo que había empezado como un experimento de sostenibilidad se había transformado en un movimiento, salvando las distancias entre el ingenio local y el reconocimiento mundial.
Pero esta residencia nunca se limitó a fabricar objetos. Se trataba de reescribir la historia de Gabes, de recuperar el conocimiento enterrado bajo capas de polvo industrial. Se trataba de honrar la resistencia de la naturaleza y demostrar que el progreso no tiene por qué producirse a costa de la destrucción. Los bailarines ciudadanos del Sur, junto con estos jóvenes artistas, desafiaron la narrativa dominante del avance industrial, demostrando que existen soluciones alternativas.
También han demostrado que la creatividad, la tradición y la responsabilidad ecológica pueden entretejer un futuro por el que merezca la pena luchar.
Se estaba escribiendo una nueva historia en el corazón de Gabès, donde la contaminación y el abandono amenazaban con borrar la historia. Y esta vez, los ecos del oasis no se silenciarían.